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Y........ el clíma !!!!!!

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sábado, 5 de abril de 2008

EL ESPEJO



EL ESPEJO

Se levantó sigilosamente, sin hacer ruido. No quería despertarla. Caminó a oscuras hasta el baño. Entró y cerró la puerta suavemente. Encendió la luz. Apoyó las manos sobre el vanityorys y se miró al espejo. Descubrió un fino hilo de sangre que bajaba de una de sus fosas nasales. Antes que pudiera abrir la canilla, una gota se estrelló sobre el fondo de la pileta.
Respiró profundo como para contener la posible caída de una segunda gota, pero ya era tarde. Hubo una segunda gota y una tercera y una cuarta antes que pudiera abrir la canilla. El agua que caía iba enjugando el persistente goteo que no cedía a pesar del agua fría. Inclinó la cabeza hacia atrás y volvió a inspirar con toda la fuerza de sus pulmones, para contener la hemorragia. Tanteó sobre la mesa del baño, buscando la caja de Carilina infructuosamente. Lo hizo de la misma manera sobre la repisa del espejo, tirando algunos objetos en su desesperada búsqueda de algo que le ayudara a contener la emisión sanguínea. No lo halló.
Giró, estiró el brazo, alcanzó lo que creyó lo sacaría lo más rápido del aprieto. Tomó el papel higiénico y tiró con fuerza para desenrollar una buena cantidad. Lo cortó y aplicó sobre su nariz. Quedó como petrificado al ver que su imagen en el espejo aun mantenía la postura inicial. Sus manos apoyadas en la mesada y su nariz perdiendo sangre. Sus ojos fijos y sin parpadear. No era posible.
-“Estoy al lado de la bañera, con esto en la nariz y con las manos en la cara – pensó - ¿qué es esto, un sueño? No entiendo nada”.
El papel teñido de rojo no daba señal de hacer para la hemorragia. La perplejidad daba paso al miedo, ante la imposibilidad de dar sentido z lo que sucedía. Ante la incoherencia de los hechos.
Caminó lentamente hacia el espejo, pero la imagen seguía allí, inmutable, inmóvil. En otra dimensión. Toda la superficie del espejo se había convertido en un afiche de él mismo. Todo su interior se debatía entre el miedo, la risa, el asombro, la curiosidad y la rabia de no saber que carajo estaba pasando. Por curiosidad se animó a estirar el brazo para alcanzar a tocar el espejo. Por miedo a lo desconocido se detuvo. La situación de no ver reflejado sus movimientos le dio risa, esa riza nerviosa y fingida ante el terror que aumentaba y aceleraba los latidos de su corazón. Con otra buena cantidad de papel siguió observándose en el espejo, sentado en el inodoro, mientras trataba de comprender que estaba pasando. Al menos sus palpitaciones iban cediendo, su miedo daba paso a la curiosidad cada vez mayor. Así empezó a observarse con más detenimiento y a buscar en esa imagen fija algo que le diera una respuesta. Recorrió todo el reflejo hasta llegar a sus ojos donde encontró algo distinto. Sus ojos tenían un pequeño derrame que no había visto antes. Empezó a mirarse cada vez más profundo a los ojos y a introducirse por el iris, en lo que parecía un viaje hacia la respuesta. Las imágenes de su vida se aceleraban hacia atrás cada vez más veloces.
El ruido del picaporte, la puerta que se abría de golpe, lo hizo volver a momento inicial, a su realidad, si es que se puede considerar esa como real. Por el propio espejo la vio entrar. De un solo movimiento se levantó y se apoyó sobre la mampara de la bañera.
- “¿Hola, que haces acá?”
Pero ella no contestó. Solo se limitó a subir la tapa del inodoro y hacer sus necesidades. Él la miró fijo y en silencio. Se levantó y salió del baño en silencio. La llamó – “Marcela, Marce” - No respondió y se dirigió hacia la cocina. Abrió la heladera y tomo un trago de Coca – Cola directamente del pico de la botella. Nada típico en ella. Él siguió su trayectoria sin decir nada más. Era como si estuviera sonámbula. Al regresar a la cama descubrió que aun seguía en ella. Durmiendo placidamente. Como si no se hubiera levantado jamás. Ahora no solo era la imagen fija del espejo sino que estaba durmiendo al lado de ella, como de costumbre. Giró la cabeza rápidamente buscándose en el espejo y allí estaba aún. Parado sobre el marco de la puerta del baño, acostado en la cama junto con Marcela y.... pétreo sobre el espejo.
- “¿Cuál de los tres soy yo? – no daba crédito a lo que pasaba.
Retrocedió unos pasos, cerró la puerta del baño nuevamente, y se volvió a sentar. Otro cambio de papel era necesario. Lo hizo y la hemorragia no cedía. Se preguntó que era lo que le pasaba que no podía para esa sangre. Y volvió a clavar sus ojos en el espejo. En los ojos del espejo. El viaje se reinició donde había quedado. Las imágenes se desaceleraron en el momento en que conoció a Marcela. Hace un año. En esa fiesta. Se repetía una y otra vez el momento en que tomaban esa copa de champagne en el bacón y por primera vez se cruzaban sus miradas. El momento en que se produjo ese milagroso chispazo que los unió. Las copas estrellándose contra el piso y sus voces repitiendo al unísono – “El día que estas copas se vuelvan a unir, deberemos separarnos, hasta entonces, nada ni nadie nos alejará el uno del otro”.
El sonido de su propia vos repitiendo esa frase lo devolvió de un solo golpe a donde estaba. En la retina de sus ojos aún estaba retenida esa fotografía, ese instante, y en los ojos del espejo ... también. Trató de alcanzarlos con su mano, pero fue devorado por el espejo que lo succionó, sin darle oportunidad de reaccionar. Estaba allí, otra vez, en medio de esa fiesta. Saliendo al balcón con dos copas de champagne y ella esperándolo con una sonrisa en los labios. Pero antes de llegar más cerca de ella vio que él mismo se acercaba a Marcela con dos copas de champagne. Se quedo frió e inmóvil. Giró la cabeza y volvió a verse sentado en el baño con las manos en la nariz, sangrando, y el espejo reflejaba su propia imagen. Parado frente a él, con las manos sobre la mesada, un hilo de sangre cayendo de su fosa nasal que se estrellaba sobre la pileta y un tercero, parado sobre el marco de puerta. Se preguntó si además estaría su otro yo durmiendo al lado de Marcela. Si faltaba alguno más aparecer en esta irrealidad o hasta cuando seguirían apareciendo dobles de él mismo.
“Bastaaaaa!!!!!” – el grito acompañó la rotura de la taza de café que se rompía entre sus manos.
Estaba en la cocina, sentado frente a Marcela que no daba crédito a lo que escuchaba. Su mirada era desorbitada. Tenía miedo nunca antes había visto tan descontrolado a Daniel.
“– Daniel calmate, ya lo había hablado.”
“ – De que me estas hablando, Marce?”
“– Daniel ahí te dejo ese paquete. Se me hace tarde y no quiero discutirlo más. No doy más, se acabó. Lo nuestro se acabó. Nunca cumpliste lo que me habías prometido y estoy cansada de tus mentiras, y anda al baño a limpiarte la nariz que te esta sangrando otra vez. Chau me voy!!!!
Se dio media vuelta y salió como una tromba, dejando a Daniel con la boca abierta y sin poder decir ni una palabra. Daniel tomo el paquete que estaba sobre la silla y se fue al baño. Se volvió a ver en el espejo. Encendió la luz. Apoyó las manos sobre el vanityorys y se miró al espejo. Descubrió un fino hilo de sangre que bajaba de una de sus fosas nasales. Antes que pudiera abrir la canilla, una gota se estrelló sobre el fondo de la pileta.
Respiró profundo como para contener la posible caída de una segunda gota, pero ya era tarde. Hubo una segunda gota y una tercera y una cuarta antes que pudiera abrir la canilla. El agua que caía iba enjugando el persistente goteo que no cedía a pesar del agua fría. Inclinó la cabeza hacia atrás y volvió a inspirar con toda la fuerza de sus pulmones, para contener la hemorragia. Tanteó sobre la mesa del baño, buscando la caja de Carilina infructuosamente. Lo hizo de la misma manera sobre la repisa del espejo, tirando algunos objetos en su desesperada búsqueda de algo que le ayudara a contener la emisión sanguínea. No lo halló.
- Noooooo!!!! Otra vez nooooo!!!
Desesperadamente rompió el papel de regalo que envolvía el paquete, abrió la caja y vio dos copas de fino cristal delicadamente tallado. Sus nombres en cada uno de ellas y una nota que decía: “El día que estas copas se vuelvan a unir, deberemos separarnos, hasta entonces, nada ni nadie nos alejará el uno del otro”.




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1 comentario:

claudiaanubis dijo...

exselente! me gusto muchisimo ,