HOROSCOPO

Y........ el clíma !!!!!!

El Tiempo en Buenos Aires Aerod.

domingo, 24 de julio de 2011

UN VIEJO BLUES...


... y el tipo acercó la banqueta a la barra, apoyó el codo sosteniendo la cabeza mientras que la mano estiraba y deformaba su cara, dibujando una sonrisa forzada. Entre los dedos, de la otra mano, se consumía un cigarrillo lentamente y su mirada se perdía entre las volutas de humo y la densa atmósfera de un blues. El cubito de hielo acompaña su embriaguez mientas daba vueltas en el wisky que el vaso hacía girar....

Tan triste estaba, tan solo había quedado que la melancolía se apoderó de él....

- Uno más y también doble.... por favor. –le susurró al barman que lo miraba –

Ya no tenía lágrimas que llorar, las había perdido todas.

Desalineado, con la camisa desprendida hasta el pecho, un poco dentro y otro poco afuera del pantalón, el saco remangado junto con la camisa, trataba de ver del otro lado del vaso, como si el líquido y el vidrio transformaran esa realidad que no quería.

Esa realidad que llegó de improviso.

Hundió su cara en la penumbra de un recuerdo y se dejó llevar muy lejos, hasta que la voz de ella se envolvió en sus oídos y creyó que le cantaba en exclusiva.... love me tender...

Pero eso también era una ilusión, solo era una vieja rockola que alguien había hecho funcionar, como si quisieran terminar de hundirle los puñales al rojo vivo y no prolongar más la agonía..

Las luces se apagaron y se iluminó el escenario con un reflector azul intenso, que aumentaba todo el humo del ambiente. Se corrió el telón y se escuchó a la banda con los primeros acordes de entrada. Ella se deslizó con pasos lentos, muy seductora, muy felina, sensual y con la típica boa alrededor de sus hombros. Se apoderó del centro del escenario y cantó.

Lo vio. Su voz se entrecortó. Tubo que tomarse del pié de micrófono para mantener el equilibrio y aun así su mirada cayó como buscando pedir disculpas y volvió a empezar, presentando a los miembros de la orquesta que la acompañaba.

Metió la mano en el bolsillo interno del saco, sacó su billetera casi vacía, pagó las consumiciones y al bajar de la banqueta él también trastabilló. Levantó la vista, la observó por un instante, acomodó su ropa y se fue.

- Ya no hay más blues, ya no hay más – se alejó repitiendo la misma frase –

Alcanzó la calle que era una cortina de agua cayendo sin parar y eso lo refrescó y volvió a acomodarle un poco los pensamientos aturdidos por tanto güisqui.

Como si fuese una broma se dio vuelta y buscó sus huellas en la lluvia pero a cambio la vió a ella, parada en la puerta del cabaret, con su talleur ajustado azul, sus brazos abiertos sosteniendo las dos hojas de las puertas vaivén y un grito angustiado...

- No es un camino fácil, no me dejes!!!

- No hay más blues entre nosotros, no hay más blues - fue su respuesta y volvió a caminar bajo la torrencial lluvia.

Y como una hoja escrita con tinta china, el agua fue diluyendo la escena y a los protagonistas, hasta que la calle quedó vacía.

Un viejo Cadillac pasó a toda velocidad levantando una cortina de agua a su paso y terminando de desdibujar lo poco que quedaba de esta historia, como cerrando el telón y bajando el cartel de “FIN”

No hay comentarios: